EL PODER DE LAS MULTINACIONALES EN
COLOMBIA
Santiago
Moreno Martínez*
Es evidente que el que tiene el dinero “es el que manda”
no solo en este país sino en todo el mundo. Es así como estos grandes
empresarios, con su gran capital económico, manejan fuertes relaciones de
poder, que los vuelve influyentes en las decisiones políticas del país. Más aún
con su capacidad económica y alcance territorial, pueden incidir en el futuro
social, económico y cultural de una nación.
Ahora
bien, los políticos al encaminar sus propuestas al bienestar de los grandes
grupos económicos, reciben por parte de ellos una importante financiación a su
campaña política. En otras palabras, el político se compromete con ellos a concederles
ciertos favores cuando esté en el poder a cambio del apoyo moral y económico de
estos empresarios. Para ilustrar mejor lo antes dicho, citaré un ejemplo:
Durante
la primera campaña presidencial, del entonces candidato Álvaro Uribe Vélez, el
Grupo Argos**, “organización multidoméstica, productora y comercializadora de
cemento y concreto, con presencia en Colombia, Estados Unidos y el Caribe”, fue uno de los más
grandes financiadores de la campaña política de este señor. Paradójicamente la
empresa cementera Argos, con Uribe en el poder, modificó su objeto social***,
agregándole al ya existente la frase: “actuar como contratista, constructor,
consultor, interventor, diseñador o proyectista de obras civiles o de otro
género, ante cualquier entidad pública o privada”.
Lo
más extraño de este ejemplo, es que Cementos Argos S.A, “compró 12.500 hectáreas de tierras en las que se
sabía perfectamente que se habían cometido masacres” por parte de los
paramilitares, coercionando el desplazamiento de los campesinos que allí habitaban,
para ser más exacto citaré un estudio realizado por Alfredo Molano que asegura
que “los paramilitares nacidos en 1997 en la finca Las Canarias de Miguel Nule
Amín cometieron 56 masacres en la región y 20.677 personas se vieron obligadas
a desplazarse”.
Aprovechando que las tierras se desvalorizaron por la oleada de violencia,
Cementos Argos adquirió “de forma ilícita y a precios insignificantes las
tierras de campesinos”.
Me
estoy refiriendo a los Montes de María,
de donde se escuchan comentarios como: “tire la semilla y listo”. Refiriéndose
a la fertilidad, que su excelente ubicación geográfica le da a estas tierras.
Montes que podría decirse ya no son de María sino del Grupo Argos y otros
latifundistas.
Es
claro que en el ejemplo anterior vinculé directamente al ex presidente con los paramilitares,
comentario que para cualquiera por carencias de pruebas, es una falacia. Pero,
parto de una premisa propia, apoyada por
muchas declaraciones de paramilitares rasos desmovilizados y ratificada por el ex
comandante del Bloque Catatumbo de las AUC, Salvatore Mancuso, quien ha
declarado: "Apoyé la reelección de Uribe con propaganda y dinero" y además aseguró haberse
reunido con el ex presidente.
Cuando
ocupaba la gobernación de Antioquia en los años noventa fue evidente que Uribe
promovió la conformación de grupos paramilitares durante su Gobierno (1995-1997)
convirtiéndose en el gran defensor y promotor de las Convivir, en momentos en
que empezaban a ser cuestionadas porque estaban siendo utilizadas de mampara
por los paramilitares para cometer sus masacres.
Con
este ejemplo doy una razón al porque los políticos, si es que merecen esa
denominación, se sientan en la misma mesa de las grandes empresas a planear
como ganar las elecciones.
Este
es solo un ejemplo de una multinacional exitosa en Colombia, pero ahora
continuaré describiendo como las transnacionales buscan y se han apoderado del
mercado colombiano y daré respuesta a preguntas tales como ¿Por qué lo hacen? y
¿Por qué Colombia?.
Primero
que todo es importante tener claro que “las empresas multinacionales o empresas
transnacionales son aquellas que no solo están establecidas en su país de
origen, sino que también se constituyen en otros países para realizar sus
actividades mercantiles tanto de venta y compra como de producción en los países
donde se han establecido”.
Estas
empresas se ven impulsadas, con el fenómeno de la globalización el cual elimina
las barreras comerciales para permitir la libre movilidad de capitales, bienes
y demás activos, pero no de personas. Sería muy romántico decir que en este
fenómeno todos los países están en igualdad de condiciones para aprovecharlo,
si tenemos en cuenta que las imperfecciones en el mercado son un fundamento
para la prosperidad continua de la empresa multinacional, también es necesario
afirmar que dichas imperfecciones son padecidas por los países anfitriones
quienes les dan la bienvenida a estas empresas.
En
este caso de Cementos Argos es el pueblo colombiano huésped de la multinacional
quien sufre las consecuencias de alianzas mafiosas entre dirigentes y dueños de
los grupos económicos, hecho que se convierte en una imperfección, la cual es
aprovechada por el capital para aumentar sus ganancias. Por ende, no hay
globalización, hay globalizadores y globalizados.
Por
eso lo hacen, porque con el fenómeno de la globalización se dio inicio a un
nuevo plan diseñado por los “grandes dirigentes de este mundo” quienes soñaron
un mercado mundial sin fronteras dominado por las transnacionales. Muy bien
decía Brzezinski, en su libro el Gran tablero Mundial, que las grandes
potencias no pueden perder su dominio imperial sobre las colonias, y debido a
que con el transcurrir del tiempo estas se han ido aparentemente
independizando, considero que tales potencias no han perdido el control sobre
estos territorios, ya que bajo la figura de las empresas multinacionales y el
libre comercio se siguen explotando no solo sus recursos naturales sino a su
gente, por eso digo aparentemente.
Miremos
nuestro país, suele decirse de él que es “independiente y autónomo”, pero, de
hecho, somos una colonia (aún) norteamericana, ya que estamos sujetos a sus
políticas, sus decisiones, sus OPINIONES y para redondear a sus empresas. Esto
quedó claro con la firma del Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados
Unidos el cual se fundamentó en normas supranacionales orientadas a temas como;
protección a la inversión, derechos de autor y patentes.
Ahora bien nos podemos preguntar ¿Somos
independientes? nuestro petróleo quien lo usa ¿los colombianos o los norteamericanos?
Es evidente que aún nos controlan, sea a través de la economía o la política,
pero ya lo hacen disimuladamente sin necesidad de asentar un enviado del rey, y
su guardia, en nuestro territorio. Por eso el slogan del nuevo movimiento de la
izquierda colombiana: “por la segunda y definitiva independencia de Colombia” no es tan descabellado
frente al imperialismo informal que estamos viviendo.
Para
nadie es un secreto que bajo el plan de seguridad democrática del antiguo
mandatario, un objetivo primordial era brindar confianza inversionista (un huevito),
no solo militar sino jurídicamente, por eso hoy día las multinacionales ubicadas
en el país viven en un paraíso fiscal, para demostrarlo, un ejemplo: Del
departamento de “la Guajira sale el 40% del carbón que se explota en Colombia” convirtiéndola en el
departamento que más regalías recibe por este rubro, paradójicamente es el
tercero más pobre del país después de Chocó y Guainía. Esto quiere decir que es
muy poco lo que las multinacionales pagan de regalías, tan poco será que ni sobra
para invertir cuando los políticos toman su “pequeña” tajada. Por eso lo hacen
en Colombia, porque tenemos debilidades económicas, jurídicas y políticas; las
cuales son aprovechadas por las multinacionales.
Brzezinski
habla sobre la importancia, para una potencia mundial, dominar ciertas zonas estratégicas (Eurasia)
principalmente por sus recursos naturales y posición geográfica. Aunque no
menciona explícitamente a Colombia (no aún), este país en mi opinión está
ubicado en una posición importantísima a nivel mundial (Bimaritimo, de los
primeros en biodiversidad, todos los pisos térmicos) y es precisamente esto lo
que lo vuelve tema preferencial en la agenda y de esencial dominio de la
primera potencia hegemónica mundial, Estados Unidos.
En
el tema de la minería y la explotación de nuestros recursos naturales entre el
2004 y 2011, época de gran inversión extranjera, los títulos mineros inscritos
ante Ingeominas pasaron de 2056 a 5903. Lo que quiere decir que
nuestros gobernantes les han entregado gran parte del territorio a las
multinacionales. Ellos CONTROLAN nuestros recursos minero-energéticos. Prueba
de ello es ir a una bomba a tanquear, pagas gasolina importada de EE.UU, que
frustrante verdad. A pesar de que no parezca, esto tiene su lógica pero no
viene al caso ahondar en ello.
Para
terminar quiero demostrar como estas grandes empresas se han apoderado y
controlan el mercado colombiano. Miremos algunos ejemplos de empresas
colombianas que han sido acabadas o para mayor comodidad de algunos, se han
asociado con multinacionales, que un colombiano de a pie puede conocer
fácilmente.
Coltabaco
comprada por Philip Morris de Estados Unidos, Bavaria comprada por SABMiller de
Sur África, refinería de Cartagena comprada por Glencore de Suiza, Telecom
comprada por Telefónica de España; TvCable, Cablepacífico y Superview fueron
compradas por Telmex de México, del famoso multimillonario Carlos Slim dueño,
igualmente, de Comcel que tiene una “participación de mercado del 66%” en la telefonía móvil de
Colombia; Coltejer comprado por Kaltex, de México; Éxito comprado por
inversionistas franceses (Carrefour también es de franceses), se le suma la
absorción de Pomona, Carulla, Surtimax y El Ley.
Como
estos hay muchos ejemplos, pero considero que con esta información es
suficiente para que el lector recree su propio panorama. Por último me gustaría
citar el ejemplo de almacenes de cadena Éxito. Es tanto el monopolio que ya es
“el empleador privado más grande del país, con 35.639 empleados directos” y para el 2011 reportó
ingresos por ventas de 8,8 billones de pesos convirtiéndose así en la tercera
empresa más grande del país.
Ahí
tenemos la evidencia de cómo estas multinacionales giran alrededor de nuestras
vidas, de cómo controlan nuestra economía y de cómo controlan nuestros recursos
minero energéticos. Tal cual decía Brzezinski: dominio y control sobre los
lugares geoestratégicos.
